Manuel Gayo Rodríguez

Lulo'l Colorao

Manuel Gayo Rodríguez
Lugar de nacimiento Brañascardén, Tinéu Año de nacimiento 1927
Lugar de fallecimiento Año de fallecimiento 2012


Biografía

Texto de Pepín de Muñalén para el taller online «Repertorio de Lulo’l Colorau», 27 de diciembre de 2020. EMTO – Escuela de Música Tradicional Online.

Manuel Gayo Rodríguez “Lulo”, de Ca’l Coloráu (Brañascardén, braña de invierno de la parroquia de Naraval, concejo de Tinéu) nació el 3 de junio de 1927. Vaqueiru de raza y oficio, entre sus muchos quehaceres, destacó el de músico, dedicándose un tiempo de su vida de manera profesional a ello en el ámbito de los bailes locales de las brañas de esa zona.

Su hermano, Ceferino “Ferino,” que fué taxista en Madrid, mayor que él, también se dedicó a tocar la flauta para el baile; a decir de Lulo tocaba mucho más y mejor que él, puesto que usaba todas las llaves, “las l.laves fain meyor son” y “soplaba más y mejor”. Al ser llamado Ferino a filas para el servicio militar, Lulo ocupó su puesto de músico, esto sería aproximadamente a mediados de los años 40’s. Lulo empezó a tocar con 16 años (1943).

Aprendió a tocar por imitación de músicos mayores, como Manuel “El Corredoiru” (parroquia de Muñalén) y su propio hermano. “El Corredoiru” era, además de músico, tratante de instrumentos musicales y era el que conseguía las flautas para los músicos de la zona (mi primer flauta también me la consiguió él).

En este punto he de decir que mi lugar de origen, el Cuartu Los Va.les, en la cuenca del río Esva, es el sitio de Asturias donde más densidad de instrumentistas de flauta hubo. Sólo en la parroquia de Muñalén tengo constancia de 8 tocadores de flauta en el siglo XX.

Lulo empezó fabricándose sus propias flautas con la cañavera de los mangos de las escobas que había en aquellos tiempos —yo mismo también empecé así, cañavera y el gancho de la cocina candente para hacer los agujeros. También me gustaría contar como dato que, hace un par de años, un vaqueiru me dejó un mango de escoba de cañavera en casa en Muñalén con el encargo que le hiciera un par de flautas “como las de antes” y que no importaba el precio— y con esas flautas comenzó a tocar, pero pronto Corredoiru le consiguió una flauta francesa de 5 llaves, al precio de 15 duros (75 pesetas). Esta flauta sufrió un percance en un baile; habiéndola dejado apoyada en una pared, en un momento del baile, un bailador le pegó un zapatazo y la flauta rajó de arriba a abajo en dos mitades. Se escotó entre todos los asistentes al baile y Lulo compró otra flauta a Corredoiru, una Martin Frères de 6 llaves, que es la que conservó el resto de su vida.

En aquel tiempo, los años 40’s y, sobre todo, los 50’s, el número de población joven era muy elevado y se organizaba baile todas las semanas en las brañas. Las mozas solteras eran muy numerosas; pueblos con 20 ó incluso más era razón más que suficiente para tal volumen de actividad musical. Fuera del ámbito de las brañas, en pueblos xaldos como Sanfrichosu, Caeras o Vil.latresmil llego a haber dos orquestas en cada pueblo funcionando.

Las mozas eran las encargadas de organizar los bailes, de buscar local, normalmente las salas de las casas más grandes y también en pajares cuando no tenían hierba seca, de contratar y pagar al músico, etc. Los bailes solían ser de sábado o domingo y normalmente se aprovechaba al músico para que tocara en el pueblo de al lado al día siguiente. Lulo me contaba de semanas de tocar en tres o cuatro bailes distintos. Normalmente, las mozas y mozos solteros del pueblo del músico lo acompañaban cuando iba a otra población a tocar, y eso ayudaba a la contratación, puesto que con la gente que te acompañaba el baile estaba asegurado. En estos bailes también podía haber pareja de payel.la y pandeiru, si bien se alternaban.

La pareja instrumental de este área la componen un instrumento melódico (flauta, en el caso que nos ocupa, gaita, clarinete, saxofón, acordeón…) y percusión. Para que lo acompañase, Lulo llevaba un chaval con el bombo. Los bombos de esta parte de Asturias son bombos pequeños, de unos 40 centímetros de diámetro, no son excesivamente ruidosos y con un plato paralelo al parche, percutidos con una baqueta. Lulo me contaba que la piel más apreciada para los bombos era la de perro.

Lulo estuvo varias décadas en activo, incluso después de casarse, pero tuvo que ir dejándolo paulatinamente. Como dato, trabajaba todo el día sacando madera del monte y ganaba 100 pesetas y después de noche, iba a tocar para el baile a L.leiriel.la, donde ganaba 150 pesetas. Lo mantuvo mientras pudo, pero los tiempos cambian y junto con la emigración masiva de la juventud y el cambio de las modas en el baile, fue poco a poco dejándolo.

Lulo nunca abandonó la flauta, a diferencia de los músicos que se iban adaptando a los cambios en las modas musicales. El camino habitual para muchos fue flauta (y/o gaita) → clarinete → saxofón → acordeón. El acordeón acabó imponiéndose y ahí sigue.

Nunca se tuvo a sí mismo como un gran tocador; en verdad su técnica y concepto es de gran sencillez, pero de una efectividad evidente para lo que estaba destinada; el baile. “Nunca fuí bon músicu y arreventaba soplando, pero mejor ou pior, tocábalo todo”. Como ya comentáramos, Lulo no usaba las llaves de la flauta, “que fain meyor son”, de modo que adaptaba las melodías que aprendía para el baile a las escalas diatónicas del instrumento, sin usar las llaves, creando melodías en escalas modales (mixolidio, lidio), aportando un “sabor” interesante.

Conocí a Lulo ya mayor, cuando empecé a interesarme por la flauta, en 1996, pero tuve el privilegio de grabarlo y aprender de él. En cuanto a técnica, usaba sobresoplado (overblowing), embocadura recta y relajada, articulación diafragmática potente, ornamentación con cuts, taps y trinos en La, Si y Fa#, y efectos específicos en Re y Do.

El repertorio habitual de Lulo incluía jota, muñeira, cariáu, dancitas, rebudixu, habanera, pasodobles (El cariño verdadero), valsiaos (El páxaru pintu), asturianada y acompañamientos a cantadores.


Composiciones